Un hombre cavilando en la tierra no es homosexual ni latinoamericano. todo está abierto en un bosque, todo es un ala pulular en un bosque, un hombre no es homosexual; cavila, con la velocidad de la andanada, de la luz menguándose (ni latinoamericano) Un hombre, no es un hombre... es la idea fija, un espía en la cámara, un humedal en la tierra que pone una aldaba sin poner los ojos...
José Antonio Luer: Extractos de "Dejaré mi pulso en los pasajes"
Todo en el mundo lo veo a través del velo de los hombres residuales todo en el mundo es prestado y calcománico mi cuerpo arrendado a la excavación orificios que asfixian la pesadumbre la sangre embotellada en la oscuridad escindido la tele encendida y un anuncio extractivista todo me fastidia en el sonido inventado ese sonido que quiere colonizarme mientras las aves duermen en mis hombros morados…
Encendido en el mundo como un secreto hortelano con la ligereza de la paja con la maniobra del aserrín me llevan estos hombres incautos en esta iluminada tormenta deshilvanan la palpabilidad la sexualidad se vende en euros y dólares se dibuja en monedas cuando nadie quiso como cuando el mundo dibujaba sus montañas al revés y nadie vio
Le digo a todas las partes de mi cuerpo que sean libres del mercado; propónganse como la encina treparse en los aires más confusos de la tierra esos aires que empujan con ecos los candados… debería escapar del mundo dar vuelta el tiempo darle una orden en viceversa retroceder los volcanes dejar de ser la paloma perdida en la parhilera abandonar el patrón que tan bien dispusieron
Los espíritus patrullan esta noche con el sentimiento descalzo Han tomado de ti lo que puede un corazón atesorar en un recuerdo. Algunos morirán. Están muriendo ahora. Los escucho en los gritos fálicos de los callejones que nunca encuentran muros donde tumbarse.
Hombre que no despierta Duerme cargado de hojas secas en la espalda Como un animal descompuesto bajo el rocío otoñal Siente el palpito de mi bosque en la intranquila Aún Di todavía No esperes un bramido que agite tus paredes encintadas y las rompa con la furia de los caminos trazados en donde el hombre que no es homosexual ni latinoamericano se te embute en la piel como un cadáver a la tierra